Media diaria: ¡4h26″! Descubre por qué 59% de los franceses consideran que pasan demasiado tiempo delante de las pantallas y cómo reducir esta adicción digital.

De media, los franceses pasan más de cuatro horas al día delante de pantallas. Una cifra que no deja de aumentar y que plantea interrogantes.

Aumenta el tiempo frente a la pantalla

En la era digital, las pantallas están en todas partes: en los salones, en las oficinas de las empresas y, sobre todo, en las manos de los usuarios de teléfonos móviles. Según la edición 2025 del barómetro sobre equipamiento y uso digital elaborado por la autoridad francesa de regulación de las comunicaciones electrónicas, correos y distribución de prensa (Arcep), 84% de franceses utilizan Internet a diario, cifra que ha aumentado en 15% en los últimos diez años.

"4h18 de media diaria", "7h41, creo que soy adicto", "El tiempo que he pasado hoy... 4h39", "Media diaria: 4h26", dijeron algunos franceses a CNEWS, mostrando mediciones del tiempo pasado con sus teléfonos móviles.

Este uso está en auge, y va de la mano de la preponderancia de las redes sociales en la actualidad. Entre las más utilizadas, Facebook (70,4%), WhatsApp (66,6%) o incluso Instagram (60,7%).

Una adicción que empieza cada vez más temprano

Mientras que el consumo 59% del panel representativo consideran que pasan demasiado tiempo frente a las pantallas, y les gustaría alejarse de ellas. "Intento alejarme de ellas porque me hacen perder el tiempo en muchas cosas", dijo un joven a CNEWS.

Una transeúnte, que también respondió a las preguntas de nuestra reportera, sugirió "buscar un buen libro y sustituir las pantallas por la lectura". Es una solución que ella misma ha puesto en práctica para reducir el tiempo que pasa delante de los diversos objetos digitales que posee.

Tanto más cuanto que el fenómeno afecta a un público cada vez más joven en Francia: por término medio, los franceses adquieren su primer teléfono móvil a los 9 años.

Consecuencias para la salud

El uso excesivo de pantallas puede tener consecuencias perjudiciales para la salud. Entre ellas, fatiga visual, trastornos del sueño, aumento del estrés, trastornos del estado de ánimo e hiperactividad. Además, el consumo excesivo de pantallas reduce el tiempo dedicado a la actividad física y puede fomentar el picoteo, aumentando el riesgo de obesidad.

Soluciones para c

Hay varias formas de reducir el tiempo que pasamos delante de las pantallas. Por ejemplo, leer, practicar una actividad física o establecer franjas horarias sin pantallas. También es aconsejable limitar el uso de pantallas antes de acostarse, para favorecer un sueño de calidad.

Soluciones para todos

En conclusión, es crucial ser conscientes de la cantidad de tiempo que pasamos frente a las pantallas y del importante impacto que esto puede tener en nuestra salud física y mental.

La exposición prolongada a las pantallas puede provocar problemas como fatiga visual, aumento del estrés, trastornos del sueño y un estilo de vida preocupantemente sedentario que puede contribuir a problemas de peso y otros problemas de salud. Por tanto, es esencial reconocer estas consecuencias para poder evaluar mejor sus efectos en nuestro bienestar general.

Afortunadamente, existen soluciones eficaces para reducir este tiempo de pantalla y promover un estilo de vida más saludable.

Por ejemplo, adoptar la regla del 30-30 puede ser un buen punto de partida: por cada 30 minutos que pases delante de una pantalla, tómate un descanso de 30 segundos y levántate para estirarte o caminar un poco.

Además, incorporar actividades offline a nuestra rutina diaria, como hacer deporte, leer libros o trabajar en el jardín, no sólo puede reducir nuestro tiempo frente a la pantalla, sino también enriquecer nuestra vida social y nuestro bienestar mental.

Fomentar momentos de convivencia sin pantallas, por ejemplo durante las comidas con la familia o los amigos, también puede reforzar los vínculos interpersonales y favorecer una comunicación auténtica.

En resumen, es esencial ser proactivo en el uso de las pantallas y aplicar estrategias para equilibrar nuestro tiempo digital con nuestra vida real, a fin de preservar nuestra salud y calidad de vida. Reflexionando activamente sobre nuestro comportamiento, todos podemos contribuir a un futuro en el que la tecnología se utilice de forma más consciente y responsable.